jueves, 28 de octubre de 2010

Un cambio de mentalidad

La mentalidad y el espíritu en toda Latino América es la de pobreza, es como una etiqueta que traemos desde que nacimos, pensamos que somos pobres, vivimos como pobres, hablamos como pobres, actuamos como pobres, y damos como pobres.

No es de extrañar que esta zona sea una de las más pobres del planeta. Nuestra mentalidad es que no tenemos y que siempre debemos pedir a quienes "si" tienen. Esta misma actitud esta también en las iglesia de Cristo. No hacemos más que lo necesario porque "no tenemos" los recursos que "otros" si tienen.

Es por eso que muchas personas que vienen a la iglesia, la miran como un centro beneficencia, un lugar donde sus necesidades materiales puedan ser cumplidas, la vemos como el lugar me pueden dar lo que no tengo o necesito.

El deber de cada pastor, especialmente en la zona latino americana, es cambiar la mentalidad de su iglesia, es hacerles entender que el Dios que tienen los que "si" tienen es el mismo de los que "no" tienen, que el problema radica en que siempre hemos pedido, pero nunca hemos dado.

La bendición de Dios no viene de acuerdo a la zona geográfica de donde seamos, la bendición de Dios viene en proporción a si damos o no damos. Muchos piensan y desean lo que otros tienen, pero nunca piensan cuanto han dado antes para tener lo que tienen.

Pero la bendición de Dios no solo viene por dar, también viene de acuerdo al estilo de vida que tenemos. Job era un hombre sumamente bendecido, y la Biblia nos resalta que su estilo de vida era "recto, perfecto, temeroso de Dios y apartado del mal", sin duda una vida que buscaba agradar, además la Biblia nos dice que "cada mañana" ofrecía un sacrificio a Dios. He aquí la razón de su bendición.

Una pregunta importante que debemos hacernos es: "¿Para qué quiero la bendición de Dios? Bueno, creo que lo primero que podemos responder es que la queremos para tener una "vida mejor". En mi opinión, la bendición de Dios debe ser en primer lugar para bendecir y ayudar a quienes no tienen en primer lugar la salvación de Dios y en segundo lugar a quienes menos tienen. Luego viene la parte de disfrutar nosotros de esa bendición.

Lastimosamente, muchos piensan al revés, primero quieren disfrutar y si les sobra van a dar para que el Reino de Dios se expanda y para quienes menos tienen.

Cuando llegue a la iglesia que hoy pastoreo hace algunos años, me dí a la tarea de cambiar esa forma de pensar en los hijos de Dios, hacerles entender que Dios puede bendecirnos a nosotros también, y que la bendición en nuestras vidas tiene un propósito.

Después de muchos sermones y estudios bíblicos y desde luego con la ayuda de Dios, el cambio que puedo mirar hoy es completamente grande. Mi iglesia es pequeña, no somos muchos miembros, quizás apenas llegamos a 75, pero me atrevo a decir que esta pequeña comunidad de cristianos a hechos más que muchas que tienen "miles".

Hemos enviado a dos parejas para que comiencen una nueva obra en otras ciudades, tomando nosotros la carga de pagarles los gastos de traslado y vivienda por un tiempo, además del pago de alquiler del edificio donde comenzarán a funcionar como iglesia. Desde luego el objetivo que lleguen a ser auto suficientes en cuanto al pago de sus propios gastos operativos.

Pero no solo esto, hemos enviado dinero para apoyar a nuevas obras que comenzaron en otros países como Bolivia, México, Sri Lanka, Sudáfrica, Bélice, y algunas ciudades dentro de los Estados Unidos como Chicago y San Antonio.

Además, la iglesia ha costeado los gastos para que yo pueda ir predicar campañas a otros países como Panamá, España y Argentina. Todo lo hace una pequeña iglesia que cambio su forma de ver las cosas, paso de pedir a dar.

Lo más sorprendente de esto es que son personas sencillas y trabajadoras, con empleos sencillos, la gran mayoría de ellos no son profesionales ni nada por el estilo. Simplemente cambiaron su mentalidad y Dios ha multiplicado la bendición para alcanzar a quienes no tiene esperanza.

La iglesia necesita ser retada a dar, necesitan mirar la mano de Dios sobre vidas, que confíen en El y ellos verán que Dios es bueno y que no es por zona geográfica como viene la bendición de Dios.

Yo siempre he dicho que lo peor que lo puede pasar a un cristiano y peor aún a una iglesia en caer en la comodidad. Cambien su forma de pensar y verá que todo lo demás cambiará.

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