Los desafíos son aquellas cosas que nos obligan a hacer más de los que hacemos. Jesús dijo: "Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos", Mateo 5:41. Lo que Jesús nos quería decir es que debemos desafiarnos para ir aún más lejos, aunque sea obligados.
A veces como cristianos, estamos esperando que las cosas nos caigan del cielo, pasamos la vida esperando esas "bendiciones" de parte de Dios. Esas bendiciones no vienen solo por que las queremos, sino más bien por la fidelidad hacia nuestro Dios.
Jesús lo dijo también de esta manera: "Su señor le dijo: ``Bien, siervo bueno y fiel; en lo poco fuiste fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor". Esto nos quiere decir que para acceder a esas "grandes bendiciones" que Dios tiene para nosotros debemos esforzarnos y ser fieles primero en lo que ya tenemos. Pero cuánto trabajo nos lleva y aún después de años, no hemos podido serle fiel al Señor ni aún en lo que poseemos.
El desafío más grande que tenemos como cristianos, es ser fieles al Señor, tanto en lo espiritual como en lo material, ministerial pero mejor aún en nuestra relación con El. Una las protestas más comunes que oímos de parte de Dios hacia su pueblo, fue precisamente esa falta de fidelidad hacia El, y que su propio pueblo se inclinaba hacia los ídolos.
No podemos pretender que Dios nos lleve al siguiente nivel si ni siquiera hemos podido ser fieles en el que estamos. En este punto muchos cristiano se desaniman porque piensan que Dios no los ama o falló en sus promesas, pero nunca miran dentro de su interior para darse cuenta que hemos sido nosotros mismos los que hemos fallado.
Como cristiano he pasado por esto, pero entiendo que nada gano con desesperarme, tengo que esperar pacientemente el tiempo de Dios, pero más importante es meditar cada día acerca de mis caminos para ver si soy merecedor de ese "ascenso" de parte de Dios, que aunque me lo diera nunca sería merecedor de él, pues somos infieles siempre.